Para los que todavía no habéis escuchado hablar de la First Lego League, se trata de un desafío internacional sobre ciencia y tecnología para jóvenes de entre 10 y 16 años a los que se les reta a construir y programar robots con piezas de LEGO basándose en una temática concreta. Este año el reto que tenían era buscar nuevas formas de gestionar los residuos, donde podían encontrar un hueco en la recolección, la clasificación o la reutilización inteligente de éstos.
Foto de grupo de la final nacional de la FIRST LEGO LEAGUE en Girona
Dejando atrás las clases centradas en libros de lectura, esta liga levanta a los niños del pupitre para desafiarlos en condiciones reales. Deben trabajar en equipo, solucionar el problema que se les plantea y sacar lo mejor de sí mismos en un entorno en el que la comunicación entre ellos es crucial, valores que hoy en día son esenciales en el mercado laboral.
Y estos niños se han lanzado a ofrecer lo mejor de sí mismos diseñando, construyendo y programando robots con piezas de lego para poder llegar a la gran final. Tarea en la que han participado más de 230.000 jóvenes de 80 países de todo el mundo.
Con su lema “Mucho Más que Robots”, el desafío llegó a ser TT durante la gran final española que se celebró en Girona a mediados de marzo y, no es para menos, porque la ilusión y tensión que se vivió era palpable a través de la pantalla.
El equipo Overclock Axular camino al World Festival de First Lego League
Para nuestra gran sorpresa, los donostiarras y vecinos de la Ikastola Axular se llevaron el segundo premio, lo que les envía directamente al World Festival de St Louis en EEUU. El equipo de Overclock Axular presentó un proyecto en el que propusieron utilizar peladuras de naranja para crear estropajos o plantillas para zapatillas deportivas con olor a fruta. Ingenioso, ¿verdad?
También, los alaveses Tecnoclub Elburgo se hicieron con el Premio a la Innovación, presentando tres soluciones para evitar que los volantes de bádminton acaben en la basura, Mostraron una solución en la que utilizaban este compostaje para quemarlo y luego emplearlo como combustible o fundirlo de nylon para producir ropa o nuevos volantes de nuevo.
Un torneo en el que se invita a la creatividad e innovación para solucionar actuales retos que afectan a toda la humanidad. Sin duda, un evento que seguiremos de cerca a partir de ahora desde SOLIDBI.
Y para terminar, no queremos que os perdáis este vídeo del clasificatorio de FLL en el País Vasco, ¡cada uno de estos proyectos no tiene desperdicio!
